Un pequeño proyecto, un cuaderno de viaje

En este cuaderno virtual vamos a ir sumando cada día un poco de trabajo y de creatividad. Quien dijo que la Lengua era aburrida, no debía de conocerla bien

domingo, 13 de noviembre de 2011

Trabajo voluntario de la semana. Cuentos de cien palabras


Esta semana os propongo un trabajo voluntario sencillo, pero que tiene su miga. Se trata de contar pequeñas historias, del tema que cada uno prefiera, siempre y cuando se ajusten a una medida muy breve: cien palabras, ni una más, ni una menos. Os dejo varios ejemplos que os pueden servir, y un enlace a la página de la que los he sacado para que leáis unos cuantos relatos más que os inspiren. A contar...

LEER A MEDIA TARDE
Estás sentado, leyendo esto, pero el sueño te vence, y al despertar levantas la cabeza y te golpeas contra la tapa del ataúd, todo está oscuro, apenas sitio para doblar un poco las rodillas, descubres que es real y el miedo te golpea el pecho y cuando puedes volver a respirar gritas y nadie responde, y temes quedarte allí hasta morir de sed, de asfixia, de dolor, de horror, pero entonces despiertas, te recuperas, dejas atrás la pesadilla, ya sin sueño prosigues la lectura, no miras a tu espalda, no ves la mano con el pañuelo, el cloroformo, el sueño.

INSTRUCCIONES A MEDIA TARDE
No habrá oraciones en mi entierro, sólo los salmos antiguos que adjunto a esta carta. No habrá plegarias, pero podrán venir los reyes y los sacerdotes a llorar por mi. Quiero un panteón de mármol, sin imágenes ni inscripciones, con mi tumba en el centro. Quiero canciones cuando llegue el invierno. Quiero olor de incienso, con aroma de almizcle. Quiero 13 velas a mi alrededor, siempre ardiendo. Quiero las más hermosas doncellas del templo velando mi féretro, que se turnen para que en mi panteón siempre haya alguna virgen. Y la tapa debe abrirse desde dentro, para cuando tenga hambre.

LA MUERTE ESTÁ TRISTE
Encargaron una consultoría para mejorar el rendimiento de la Muerte, pues sus metodologías eran antiguas, y llevaban tiempo sin renovarse. Le pidieron que cambiara el vestuario y se encorbatara, que sustituyera la antigua guadaña por un maletín discreto repleto de armas, venenos e ideas dañinas. Instauraron protocolos y procedimientos burocráticos, y la Muerte se iba deprimiendo, sentada en un rincón sin poder matar a nadie porque faltaba un papel, o un permiso, o por no haberlo planificado con tiempo. Pero, no se sabe cómo, a los consultores que llevaban el tema les cayó encima un piano y nadie quiso sustituirles.

http://cienpalabras.blogspot.com/


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